Friday, June 28, 2013

COMPARTIENDO IDEAS 3

Tercera y última parte. 
PREMIOS Y CASTIGOS No puede afirmarse rotundamente que premios y castigos sean malos o buenos en sí mismos, pero sí debe tenerse en cuenta el modo en que se administran. Si analizamos nuestra conducta veremos que en más de una ocasión hemos utilizado el castigo arbitrariamente, bien porque otros asuntos influían en nuestro mal humor o porque no hemos sabido resolver el conflicto de otro modo. Por todo ello, conviene tener presente que: Es mejor aplaudir que castigar, sonreír que gruñir.  Aunque las amenazas y castigos no son la panacea hay que ser consecuentes y cumplir con lo que se dice.  Debe haber una coherencia y no castigar un día por una cosa que al día siguiente estará permitida.  Al igual que conviene elogiar los pequeños avances en las conductas deseables, para eliminar ciertos comportamientos que nos irritan, a veces es preferible ignorarlos y desviar la atención que criticarlos continuamente.
DE LOS CASTIGOS : APRENDER DE LAS CONSECUENCIAS Una alternativa eficaz a los premios y castigos para educar a nuestros hijos es que se acostumbren a hacerse cargo de las consecuencias de sus actos; en este sentido, es preferible utilizar el diálogo, la negociación y el pacto. Aprender de sus consecuencias supone que al niño se le ofrezcan varias alternativas para que él tome una decisión. Por ejemplo, si tiene su habitación ordenada podrá invitara sus amigos a jugar. Es preciso plantear estas alternativas de modo cordial, sin ningún tipo de enfados y mostrándole que es él quien elige en función de lo que haga o deje de hacer. Pero también los padres deben aceptar la opción elegida y luego mantenerla de modo coherente. No podemos después sentir lástima y ceder cuando no ha cumplido su compromiso. Este método contribuye, mucho más que cualquier premio o castigo, a que los niños/as aprendan a ser más responsables y a tomar decisiones. Dos factores son absolutamente imprescindibles en la relación con los hijos/as: amor y sentido común. El amor hace que las técnicas no conviertan la relación en algo frío,rígido e inflexible. El sentido común es lo que hace que se aplique la técnica adecuada en el momento preciso y con la intensidad apropiada, en función del niño, del adulto y de la situación en concreto.
 ADECUADA INTERACCIÓN FAMILIA‐COLEGIO. Ni que decir tiene, el papel fundamental que hoy por hoy el colegio tiene en la coeducación de nuestros hijos, de ahí la importancia de mantener un criterio unánime. Es imprescindible que los padres depositen en los docentes unos niveles altos de confianza con el fin de aceptar y valorar sus aportaciones e intervenciones. La seguridad en su experiencia y conocimientos resultará más favorable que la desconfianza hacia su trabajo. Si partimos de la idea de que el ambiente familiar y escolar son los que más influyen en el desarrollo del individuo y su proceso educativo, es fundamental la colaboración entre todos aquellos que intervienen en el desarrollo y formación del niño. Entre la escuela y la familia debe existir una estrecha comunicación, eliminando en la medida de lo posible discrepancias y antagonismos a favor de la unificación de criterios de actuación y apoyo mutuo. En el hogar, el papel y la actitud de los padres debe ir encaminado a:
 ‐ Mantener y reforzar las normas fijadas desde la escuela, pues deben encontrar continuidad en la familia.
‐ Respetar y tolerar las formas de proceder de los maestros, pues seguro que siempre responden a una finalidad determinada.
‐ Dejar que los hijos asuman sus propias responsabilidades. Nunca protegerlos de problemas que ellos mismos se han creado. Deben aprender que sus actos tienen unas consecuencias.
‐ No menospreciar y mucho menos desautorizar el trabajo educativo realizado por el maestro. El conflicto o la discrepancia entre la familia y la escuela repercute negativamente en los hijos y es perjudicial para el buen desarrollo de su educación. “En la educación de los niños es más conveniente decir “no” en voz baja que decir “sí” gritando” (Ángel Jordán Goñi). Esperamos haberos sido de ayuda, y recordad que estamos a vuestra disposición para cuantas consultas necesitéis.

Part 3 REWARDS AND PUNISHMENTS We can not say that rewards and punishments are either good or bad, but you have to take into consideration how you apply them. If we analyze our behavior, we will see that in more than one occasion we have used punishment arbitrarily (either becaus eof our mood or because we did not know how to solve the issue). So it is important to keep in mind the following:  It is better to applaud than to punish. Even though, punishment is not the final solution, you have to be consistent with what you have stated when punishing your kid.  There must be coherence when punishing. That is, you punish for something that is not allowed one day, then you can’t allow it the next day.  You praise small achievements to reinforce positive attitude so they, in turn, stick to their hearts and brains. In order to eliminate misbehavior that irritates us, sometimes is just best to ignore it, place our attention elesewhere and avoid critizing it on a permanent basis.
 PUNISHMENT : LEARN THE CONSEQUENCES A very effective alternative to rewards and punishment in order to educate our children is have them used to be responsible for the consequences of their actions. Here, it is preferable using communication, negotiation and agreement. For a child to learn from his/her consequences, he/she must be given some alternatives to choose from so he/she can take an educated guess. For example, if his/her room is tidy, he /she can invite friends over. It is important to offer these alternatives in very nicely, unbiasedly manner and letting the child know he/she is the one who chooses what to or not to do. On the same token, parents must accept the chosen option and keep it accordingly. We can not feel pity later when the decision has not been met. This method allows, even more than rewards or punishments, that your child can learn to be more responsible and to take decisions Two factors are absolutely indispensable in a relationship with our children: Love and common sense. Love makes all these techniques not to turn the relationship into something cold, distant or inflexible. Common sense makes us to apply the right technique at the right moment and with the right intensity.
 AN ADEQUATE FAMILY-SCHOOL INTERACTION. Nowadays, the role of school is undeniable in the education we grant our children. That is why the importance of having a similar set of criteria. It is essential for parents to trust teachers so as to accept and value their support and input. When parents trust their experience and knowledge, their work is most favorable for the kids’ sake. Between School and Home,there must be a close communication, leaving aside antagonism so as to work together as a unit. At home, parents’ role and attitude is to:
‐ Keep and reinforce the rules set by school. These rules must applied at home too.
‐ Respect and tolerate teachers’ way of dealing with issues at school. These always have a goal.
‐ Leave children to take their own responsibilities. Never protect them from problems they have created. They need to learn that their actions have consequences.
‐ Do not underestimate or overrule the work being done at school. A conflict between school and home influences negatively in our children and is harmful for a good development in school. “When teaching kids, it is more convenient to say “no” in low voice than “yes” with the top of our lungs” (Ángel Jordán Goñi). We hope we have given you some help and be assured you can always come and talk to us. Greetings Manuel Barra Herrera School’s Counselor

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