Friday, May 24, 2013

Un documento que nos ayuda


Dirección de Orientación.
Un documento que nos ayuda.
Papás de alumnos de Cuarto Básico

Estimados apoderados:  hago llegar un texto que nos ayudará a conocer algo más a sus hijos a nuestros alumnos, en su edad, en su nivel de formación. Gracias.  Manuel Barra Herrera. Director de Orientación y normas comunitarias,

CARACTERÍSTICAS DEL NIÑO Y LA NIÑA DE 9 AÑOS.

Cuarto año Básico.
    
 
      “Según Piaget, esta edad está en el subperiodo más avanzado de las “operaciones concretas”. Su juicio de las cosas ya no depende de su conveniencia; los conocimientos que adquiere son el trampolín para adquirir otros nuevos, dándose cuenta de la utilidad de los mismos y puede, con facilidad, hacer uso de las capacidades de observación, reflexión, análisis y síntesis.
 
      Su principal vehículo de conocimiento es la palabra, tanto oral como escrita, en su aspecto compresivo como expresivo. El desarrollo correcto del lenguaje es vital. Su uso correcto facilita la maduración intelectual
 
      Su pensamiento lógico (que se inició a los 7 años) implica la capacidad de reversibilidad. Repercute en su manera de pensar o razonar y también en sus relaciones personales. Empieza a ser capaz de poder ponerse en el punto de vista del otro y captar sus intenciones.
 
      Tiene por fuerza que pertenecer, aunque sea esporádicamente, a un grupo, o al menos, tener un amigo. De no ser así puede indicar problemas de carácter o personalidad. La moral del individuo se irá desarrollando poco a poco a través de la amistad entre iguales, el grupo, el juego con sus reglas, etc. También es allí donde adquiere autonomía, independencia y sentido de su futura libertad individual y seguridad de criterios
 
      Está en una etapa de “interiorización”. Intenta captar todo lo que el mundo exterior le ofrece para adaptarlo a su “mismidad”. Su comunicabilidad y sociabilidad es amplísima. Es consciente de que el valor y sentido de las cosas no son solo lo que a él le parecen sino que sirven para otros.
 
      Es como los niños/as aceptan las reglas de juego podemos darnos cuenta del paso de la dependencia a la conquista de la autonomía. Las reglas ya no vienen tanto de fuera ni son intocables. Pueden modificarse si los componentes del grupo consienten en ello.
 
      Son inflexibles, sobre todo, ante las trampas en el juego, adoptando actitudes de estricta vigilancia. En el fondo, sucede que cada uno tiene ganas de ganar, sea como sea, pero en el grupo está su fuerza y es la conciencia del grupo la que ayuda a la conciencia individual. Si la conciencia de grupo se resquebraja, se vuelve hacia pautas anteriores y esperan que el adulto venga en su ayuda.
 
      Se considera una edad feliz, pero no se puede tomar en su sentido estricto. El psicoanálisis habla de “edad de latencia”. Los cambios que se están produciendo en su sistema neurohumoral se traducen en una emotividad muy poco estable: fluctuaciones anímicas fuertes, sentimientos, tensiones, pulsiones, a veces en grados tan fuertes que llegan incluso a culpabilizarse en gran medida. Pueden producirse depresiones.
 
      Los sueños a veces les provocan miedos. En ellos afloran aquellas cosas que durante el día les pudo haber perturbado y que no habían sentido gracias a la gran actividad que despliegan cuando están despiertos.
 
      Se siente importante dentro de la familia, queriendo que se le tome en serio, aunque necesita mucha atención de los padres e incluso “mimos” a nivel físico. Es el momento óptimo de la identificación con el padre de su propio sexo y tiene una gran necesidad de diálogos con ambos.
 
      La escuela es su ámbito más importante. Goza con los conocimientos que adquiere, se interesa por averiguarlo todo y no siente las responsabilidades que luego le traerán los cursos superiores.
 
      Dada su enorme emotividad y poca seguridad, los pequeños problemas de la escuela, las rencillas entre sus compañeros e incluso la actitud de su propio maestro, pueden transformarse en cortas pero profundas crisis. Su actitud puede experimentar enormes altibajos, que él siempre tratará de  justificar con racionalizaciones y que lograrán preocupar y desconcertar a los padres.
 
      El maestro/a sigue siendo una figura muy importante. Es una etapa muy competitiva y hay que aprovechar dicha energía para transformarla en beneficio de un mejor rendimiento.
 
      Si un niño/a solo se relaciona con adultos, se convertirá en un ser heterónomo, dependiente, incapaz de actuar y juzgar por sí mismo. Los niños/as quieren y tienen que jugar entre ellos y ellas,

 
      Si los padres actúan con habilidad, el niño contará sin problemas sus vivencias, experiencias, deseos… y también estará ansioso y atento por oír lo que sus padres quieren contarle
 
      Los niños/as son muy competitivos. Cuidado. Fomentar la competitividad para mejorar el rendimiento escolar puede ser para unos fuente de acicate y superación, pero para otros puede resultar contraproducente y ser fuente de frustración si creen que no pueden llegar a alcanzar lo que se les pide, adoptando entonces una postura pasiva y de derrota. “

     Gracias.
 

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